sábado, 23 de mayo de 2009

RITA LEVI



Vivimos en una sociedad desvalorizada, alienada, abotargada. Y la ausencia de valores se suple con lo material, lo aparente, lo superficial. Creo que esa puede ser la razón por la cual la gran masa 'idolatra' a cantantes, actores, deportistas y es capaz de gastarse y hacer lo que haga falta para acudir al concierto de su artista favorito. Y ellos, lógicamente, se hacen de oro a costa de la estupidez colectiva. Y riéndose de todos nosotros. Supongo que hay muchas cosas del comportamiento humano que no entiendo ni entenderé jamás, pero que espero me puedan ser explicadas algún día.


Yo por mi parte me declaro radicalmente anti-idólatra. Al menos en este sentido que acabo de exponer. Porque lo que sí soy es admirador de determinadas personas, que sí contribuyen a hacer de este mundo algo un poquito mejor, como Mario Benedetti, que nos abandonó hace pocos días.


Pero ahora me gustaría hablar de una mujer increíble, otra de esas personas, entrevistada por 'El País' poco antes de cumplir el centenario. Cien intensos y apasionantes años al servicio de la ciencia. ¡Porque continúa en activo!

La entrevista a Rita Levi-Montalcini, que os recomiendo leer detenidamente, la podéis ver haciendo click en
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/pueda/pensar/quiero/ayuden/morir/dignidad/elpepusoc/20090418elpepusoc_2/Tes

Su biografía podría ser adaptada perfectamente al cine: premio Nobel de Medicina en 1986, nació en Turín (Italia) en 1909, en el seno de una familia judía, aunque ella es laica y 'feminista perpetua'. "Yo soy mi propio marido". Las leyes antijudías italianas de 1938 la obligaron a dejar la universidad y a ocultarse para evitar la deportación. A continuación reproduzco literalmente partes de la entrevista, las que me parecen más interesantes:


Su actitud científica y vital sigue siendo de izquierdas. Pura cuestión de raciocinio, explica, porque la culpa de las grandes desdichas de la humanidad la tiene el hemisferio derecho del cerebro. "Es la parte instintiva, la que sirvió para hacer bajar al australopithecus del árbol y salvarle la vida. La tenemos poco desarrollada y es la zona a la que apelan los dictadores para que las masas les sigan. Todas las tragedias se apoyan siempre en ese hemisferio que desconfía del diferente".


...


P. Su tesis demostró que, de los dos hemisferios del cerebro, uno está menos desarrollado que el otro.
R. Sí, el cerebro límbico, el hemisferio derecho, no ha tenido un desarrollo somático ni funcional. Y, desgraciadamente, todavía hoy predomina sobre el otro. Todo lo que pasa en las grandes tragedias se debe al hecho de que este cerebro arcaico domina al de la verdadera razón. Por eso debemos estar alerta. Hoy puede ser el fin de la humanidad. En todas las grandes tragedias se camufla la inteligencia y el razonamiento con ese instinto de bajo nivel. Los regímenes totalitarios de Mussolini, Hitler y Stalin convencieron a las poblaciones con ese raciocinio, que es puro instinto y surge en el origen de la vida de los vertebrados, pero que no tiene que ver con el razonamiento. El peligro es que aquello que salvó al australopithecus cuando bajó del árbol siga predominando.


P. En cien años usted ha conocido esos totalitarismos. ¿Cómo se puede evitar que vuelvan?
R. Hay que comenzar en la infancia, con la educación. El comportamiento humano no es genético sino epigenético, el niño de dos o tres años asume el ambiente en el que vive, y también el odio por el diferente y todas esas cosas atroces que han pasado y que pasan todavía.


P. ¿Cree que hay peligro de que vuelva el fascismo?
R. Sí, en los momentos críticos prevalece más la componente instintiva del cerebro, que se camufla de raciocinio y anima a los jóvenes a razonar como si fueran parte de una raza superior.


P. ¿Cuánto desearía vivir?

R. El tiempo que funcione el cerebro. Cuando por factores químicos pierda la capacidad de pensar, dejaré dicho en mi testamento biológico que quiero ser ayudada a dejar mi vida con dignidad. Puede pasar mañana o pasado mañana. Eso no es importante. Lo importante es vivir con serenidad, y pensar siempre con el hemisferio izquierdo, no con el derecho. Porque ése lleva a la Shoah, a la tragedia y a la miseria. Y puede suponer la extinción de la especie humana.



Y a continuación parte de otra entrevista concedida a 'El País' en 2005:


P.: Nosotros hemos cambiado parcialmente. ¿Por qué somos más inteligentes que hace 50.000 años, pero no somos más buenos?

R.: No somos más buenos por el componente límbico cerebral que sigue dominando nuestra actividad. Vivimos como en el pasado, como hace 50.000 años, dominados por las pasiones y por impulsos de bajo nivel. No estamos controlados por el componente cognitivo, sino por el componente emotivo, el agresivo en particular. Seguimos siendo animales guiados por la región límbica palocortical, sustancialmente igual en el hombre y en otros animales. Nuestras opciones de mejora moral pasan por las circunvoluciones neocorticales que afortunadamente tenemos.


P.: Dice usted “afortunadamente”. Esa peculiaridad en la corteza del cerebro, ¿es una suerte, una casualidad?

R.: Quién sabe. No estamos dirigidos. Como todas las evoluciones, la nuestra ha sido casual, una reacción frente a la necesidad. Esa es nuestra historia. No se ha tratado de un desarrollo dirigido por un ente divino. Nos hemos desarrollado como otros animales; algunos han adquirido ciertas capacidades, nosotros hemos conseguido la neocorteza, y eso nos ha llevado a dominar el planeta y a situarnos por encima de las leyes de causalidad que nos han conducido hasta aquí.


P.: Este “aquí” significa, por ejemplo, el siglo XX, que dice poco en favor del humano. No es fácil mantener la fe en nosotros mismos.

R.: ¿Por qué lo dice?


P.: Usted, que ha vivido casi todo el siglo XX, conoce sus errores mejor que yo.

R.: Sí, hemos sufrido el horror de la shoah, el horror del nazismo, el horror del fascismo, todos los frutos del componente palocortical. He escrito bastante sobre eso. Mire, no sé hacia dónde vamos, pero estoy segura de que debemos librarnos de ese pasado nefasto. Porque si asumimos una visión catastrofista del ser humano, estamos acabados. La vida se hace inútil. Yo también me siento interiormente incapaz de ser optimista, pero hay que serlo, cueste lo que cueste. Hay que mantener la confianza en el futuro.


P.: Seamos positivos. ¿Cuáles han sido las cosas más positivas del pasado siglo?

R.: Desde el punto de vista científico, el desarrollo ha sido extraordinario, y no hace falta enumerar la exploración del átomo, del ADN... Desde el punto de vista ético hemos sido capaces de vencer a Hitler, a Mussolini, a Stalin, lo que no está nada mal. Mire, la conclusión que puede extraerse del siglo XX es que debemos cambiar los mecanismos de instrucción y la relación errónea entre los adultos y los niños.


P.: Algunos aspectos de la educación han empezado a cambiar. Cuando usted era joven, las mujeres no solían acceder a una instrucción universitaria. Usted no pudo estudiar hasta...

R.: Ese cambio que dice usted afecta a los países de alto nivel cultural, no al islam ni a la mayoría de los países del sur. Un pequeño porcentaje de mujeres, en el que me incluyo, tiene suerte y disfruta ahora de ciertos derechos.




Rita Levi-Montalcini se declara de izquierdas y laica y está incursa en la modernidad de la era digital, pero siente un rechazo visceral a ciertos ensayos genéticos. "Con fines terapéuticos, bien, pero los niños a la carta como quería Hitler, ¡nunca!".

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