miércoles, 20 de mayo de 2009

OTRO MUNDO ES POSIBLE (y no me cansaré de repetirlo)

El Norte de Castilla publica hoy una entrevista con Carlos Taibo, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid y, podríamos decir, un altermundista convencido. Él habla, por ejemplo, de nuestro modo vida esclavo, que nos hace pensar que seremos más felices cuantas más horas trabajemos, más dinero ganemos y más bienes consumamos. Pero para el profesor, esto tiene que ver muy poco con la felicidad. La verdadera felicidad.
De hecho, señala que estudios en los países escandinavos concluyen que personas que perdieron su puesto de trabajo descubren que con un subsidio, la sexta parte de lo que ganaban, son mucho más felices en una economía más austera. Y la renta per cápita hoy en los EEUU es tres veces más grande que la registrada al finalizar la II Guerra Mundial y, sin embargo, el porcentaje de ciudadanos norteamericanos que se declara crecientemente infeliz es cada vez más alto, y hay gente que confiesa que era más feliz cincuenta años atrás de lo que es ahora.
Por todo esto, pero también porque los recursos del planeta son limitados y porque las desigualdades a nivel mundial son terribles, los países ricos deberíamos reducir nuestro nivel de producción y consumo. Todo lo contrario de la filosofía de las recetas anticrisis que están aplicando los gobiernos del mundo desarrollado: gasto público para sostener sectores difícilmente sostenibles, subvenciones de compra de coches... es decir, intentar volver a lo de antes, crecimiento y consumo, los dos pilares del capitalismo.
Claro, si el modelo por el que se aboga es el de 'decrecimiento', cerrarían muchas fábricas en sectores como el automovilístico, la aviación, la construcción o la industria militar, con el consiguiente aumento del desempleo. Bien, la solución es simple: repartir el trabajo en los sectores económicos convencionales. Podemos trabajar bastante menos, asumir que ganaremos menos pero reducir también nuestras necesidades en términos de consumo.
Peeeeero, y éste es un pero muy gordo, hay que cambiar el 'chip' mental, como bien señala Carlos Taibo. Hay una minoría crítica que somos conscientes de ello, pero a la mayoría se la suda (esta expresión es mía, no del profesor), únicamente preocupada de mirarse al ombligo.
Así, la crisis abre dos horizontes distintos, una conciencia cada vez más crítica sobre la sinrazón de los sistemas que padecemos, y otro, una respuesta muy sumisa al miedo que nos intentan generar. Por tanto tenemos que empezar a romper con esta estrategia del miedo y el amedrentamiento.
No puedo estar más de acuerdo con todo lo que Carlos Taibo expone, pero entonces, si volviésemos a un modo de vida más sencillo, alejado del loco consumismo que nos 'consume', ¿de qué van a vivir las grandes corporaciones y multinacionales, y por ende las compañías de publicidad y marketing? O dicho de otro modo, ¿serían capaces los verdaderos amos del sistema de renunciar a sus mansiones en la Toscana, sus yates y sus vicios de alto standing? Creo que no he dudado de la respuesta ni una centésima de segundo. Vosotros tampoco, ¿no? Además, ¿quiénes son los dueños de los medios de comuniación, y por ende, manipulan, moldean, subyugan a la opinión pública? Pero porque la mayoría lo consiente. Que quede claro.
Pues eso.

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