Ayer hablaba de los presos que se mueren de hambre en las cárceles de Zimbabue, y hoy le toca el turno a Disney. ¡Vaya contraste! Pero es que abro la página web de 'El País', y me encuentro con un reportaje titulado "¿Adónde fue Bambi?" en el que analiza el fenómeno Hanna Montana, the Jodíos Brothers, digo... the Jonas Brothers, y HSM (High School Musical, para los no entendidos), todos ellos criaturas salidas de la factoría Disney.
El reportaje está muy bien, y no dice nada que ya no supiera. Todo esto en el fondo es una forma de ganar pasta a mansalva. De hecho, ¿sabéis cuánto dinero mueven al año Zac Efron y compañía? La frilera de 2.900 millones de dólares. No lo traduzco a pesetas porque me tiemblan los dedicos. Miley Cyrus (o lo que es lo mismo, Hanna Montana), según Forbes, es una de las veinte estrellas más poderosas por debajo de los 25 años (ella tiene 16), con una fortuna personal cercana a los 1.000 millones de euros. ¡Ah! Pero es una chica muy religiosa, y a sus detractores les aconseja leer la Biblia... y yo me pregunto, ¿la ha leído ella? porque que yo sepa, Jesús no era muy partidario de acumular riquezas, y 1.000 millones de euros podrían salvar muchas vidas. Pero qué más da la coherencia, a la gente le da igual todo, con tal de que el envoltorio guste.
Y es que es un negocio redondo: pelis, series, discos, ropa, pijamas, etc. etc. etc. Y si a eso le añadimos el ingrediente mágico, es decir, el aborregamiento de la sociedad en general y de los padres en particular, pues en fin, que más puedo decir. Y es que, como sigue diciendo el reportaje, según Susan Linn, profesora de la Universidad de Harvard, los padres se ven obligados a creer que sus hijos "tienen que tener experiencias adultas pronto", como acudir a un concierto de masas. Tienen un miedo excesivo a decepcionarles y no cumplir con sus expectativas.José Manuel Errasti, profesor de Psicología de la Universidad de Oviedo, destaca que estos personajes son cantantes, no trabajadores de la metalurgia ni parados. "Disney crea una vida ficticia en la que los jóvenes se sienten seguros, pero es irreal", comenta. Errasti cree que la factoría vende un set completo con ropa, música, cine, discos e.... ideología. "Es la ideología conservadora americana, la que obliga a dejar las cosas como están. Se vive en un universo donde lo importante es ver qué chico te gusta y cómo te peinas".
Pues eso, lo que siempre digo, que alegría que todo un profesor de universidad me dé la razón.
Espeluznante esta parte del reportaje:
Al igual que millones de padres, Antonio Del Valle, comercial de 36 años, se pregunta: "¿Qué demonios puedo hacer?". Irene, su hija de 11 años, devora mientras tanto el menú infantil de una hamburguesería. "En Navidad le compré ropa de Hannah Montana y las joyas. Para el cumpleaños, el videojuego y el disco. Hasta nos pasamos a la televisión de pago", relata Antonio. Irene ríe como un ratoncillo y cuenta que también sus amigas son fanáticas. "Hannah tiene lo mismos problemas con los chicos que nosotras", añade.
Vale, a ver, ¿qué demonios puedes hacer? ejemmm, ¿ejercer de padre, por ejemplo?
¿Que Hannah tiene los mismos problemas con los chicos que vosotras? ¿Y tú cuántos años tienes? ¿11? ¡¡¡¡¡¡¡¡¡!!!!!!!!!! Pero no me extraña, ¿eh? a las niñas pequeñas las regalamos Bratz que se maquillan y visten para ir a ligar a la disco, luego a los 10 les gusta esto, y a los 13 se zumban a todo lo que pillan.
Pero a todo esto le importa una mierda a Bob Iger, presidente de Disney desde 2005, a quien lo único que le importa, como es lógico en una economía capitalista como es la nuestra (porque nosotros lo consentimos, dicho sea de paso) son los dividendos y los brutales beneficios que sin duda se estará embolsando él y demás directivos de la compañía. Y ya de paso los dueños de todas esas revistas 'juveniles' y un largo etcétera. Aquí lo que importa es la pela, está claro.
Así que, eso me pregunto yo, ¿Adónde fue Bambi? Me temo que ha huído, asustado de tanta porquería.
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