Eduard Punset nos dice que recientes investigaciones neuronales demuestran que eso de cambiar, al ser humano... como que no, ea! Al contrario que otros primates, como los chimpancés. En un determinado momento pueden desear comer una manzana, pero un resorte en su mecanismo cerebral les permite poder a la vez querer una pera, y cambiar sin problemas de opinión. Bueno, en realidad no mencionó en el ejemplo ni peras y ni manzanas, pero quería hacer un pequeño homenaje a la futura alcaldesa de los Madriles (nuestra flamante ex-Presidenta consorte). Además, Punset contó una anécdota que viene a ilustrar esta teoría: un día cogió por banda a su alumno más brillante, inteligentísimo él, y le preguntó cuál era su mayor temor. El chico reflexionó durante unos instantes, y resuelto le espetó: "Dejar de ser yo mismo".
Tenemos miedo a los cambios, no nos gusta cambiar (que se lo digan a la Obregón). Y mucho me temo que de esta crisis que se nos ha venido encima, que no es sólo económica, saldremos únicamente si estamos dispuestos a cambiar.
Ayer, mi adorado Iñaki Gabilondo, hizo un comentario que me pareció muy oportuno. Mostró su perplejidad por el hecho de que siendo evidente el derrumbe de este sistema económico neo-liberal y capitalista salvaje (para muestra un botón), la izquierda europea se hunde. Es un hecho. La previsión es un aplastante triunfo de la derecha en las elecciones europeas, en todos los países. Y se preguntó ¿por qué?, sin dar una respuesta.
Y yo, que soy un osado, pues me atrevo a darla. Podría pensarse que la desunión de la izquierda (ese un tema del que un día hablaré, porque ésa es una de las causas de que Berlusconi esté donde esté), o la cobardía por parte de los partidos progresistas más representativos, en el sentido de plantear claramente y sin tapujos una alternativa más justa a este sistema y dar por finiquitado el actual, podrían ser parte de la explicación.
Aunque mucho me temo que la explicación tenga más que ver con lo que apuntaba Eduard Punset. Creo que los europeos de a pie, inconscientemente se han puesto una venda en los ojos. Saben que hay que cambiar, por muchas razones, y en muchos sentidos, como nuestro estilo de vida, incompatible con un mundo más sostenible y equilibrado. Y hay miedo a tener que renunciar a muchas comodidades de las que ahora disfrutan la mayoría. Y quizás, una parte de ellos espera que con la derecha en el poder, manejando el cotarro, las cosas vuelvan a ser como eran, como si no hubiese pasado nada. Y que así podamos seguir comprándonos coches, casas, siendo esclavos de nuestros trabajos para poder así tener una presunta calidad de vida... en fin, pero esto, como todo lo demás, es tan sólo una teoría de un humilde servidor.
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