jueves, 11 de junio de 2009

AVISO A NAVEGANTES

Lo único que saco en claro del resultado de las elecciones europeas celebradas el pasado domingo es que la gente ha votado más de lo mismo. O no ha votado, cuyo resultado de hecho es el mismo. Porque al poder real, el económico, no le interesa que le gente vote, que se comprometa con los asuntos políticos, que tenga inquietudes sociales y reivindicativas, porque de ese modo, los representantes políticos carecen de una legitimidad que sí podrían hacer valer si les eligiesen el 90 % de la población. Pero unos políticos que representan a casi nadie poco pueden hacer para enfrentarse a los verdaderos poderes fácticos. Muy al contrario, seguirán siendo sus títeres sin fuerza para cambiar las cosas. Con esto último me refiero a la izquierda, porque de la derecha ya conocemos su servil entusiasmo a la hora de proteger los intereses del poder económico.
La izquierda europea carece de un verdadero proyecto ilusionante, eso es un hecho. Porque claro, cuando el sistema capitalista "funcionaba" (no sé cómo se puede calificar de funcional un sistema que genera una brecha entre muy muy muy ricos, riquísimos, y pobres), no había quien le tosiera. Quien osara plantear un modelo alternativo o un reparto de la riqueza más justo, era tildado de rojo peligroso cuanto menos. Y claro, la socialdemocracia europea tuvo que elegir: si quería sobrevivir debía aceptar el sistema económico neoliberal, con matices, eso sí (estado de bienestar). Y ahora han caído en su propia trampa, porque ahora que se ha demostrado que el sistema capitalista es inviable, se mire por donde se mire, ¿dónde está la izquierda? ¿qué proyecto nos ofrece a esta sociedad desorientada y al mismo tiempo adormecida? ¿Un gobierno socialista pidiendo a la gente que consuma, ayudando a los grandes banqueros, y a las automovilísticas, cuando lo que es realmente necesario es una drástica reducción de emisiones contaminantes?
Está claro que de los que han votado, se han movilizado los que quieren que las cosas no cambien, que se recupere el modelo de consumismo desenfrenado que nos ha llevado a lo que nos ha llevado. Y los que queremos que las cosas cambien estamos expectantes por si se atreverán los grandes partidos de izquierda a poner las cartas sobre la mesa y decirnos valientemente a los ciudadanos: miren señores, así no podemos seguir, hay que cambiar nuestro estilo de vida, pero SOBRE TODO HAY QUE CAMBIÁRSELA A LOS MÁS RICOS, ellos son quienes tienen que relizar casi todo el sacrificio (que ya ves tú que sacrificio le supondría a alguien pasar de ganar 1.000 millones de euros a ganar 100 millones), y no los trabajadores y las rentas bajas.
Y algo muy importante, quien sí se ha movilizado es el voto ecologista: los partidos verdes han sido los grandes triunfadores (por la subida experimentada en países como Francia y Alemania) de los pasados comicios.
Así que aviso a navegantes, señores socialistas: lo verde da votos.

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