Hoy por la tarde recibí un correo electrónico convocando a la ciudadanía a manifestarse a las puertas de los ayuntamientos de España en contra de la clase política de este país, sus desmanes y sus desproporcionados e ilegítimos privilegios y prevendas.
Fui puntual a la hora señalada, sin evitar tener una punzada de esperanza de encontrarme con una multitud de ciudadanos reivindicativos, exigentes y luchadores.
Cuál fue mi decepción cuando vi que no había concentración de ningún tipo. Fijándome un poco más, vi a una pareja parada en medio de la plaza, y detrás de ellos, a un grupo de unas 5 personas. Decidí acercarme, y justo empezó a acercarse otra pareja, con la que empecé a entablar conversación. La pregunta surgió en el momento: y la juventud, ¿dónde está?
Conforme pasaron los minutos, fue llegando más gente, hasta que al final seríamos alrededor de 40, como mucho. Y es que es eso, la media de edad rondaba los 50. Al menos, había un señor con una guitarra que nos amenizó el rato.
¿Hasta el... próximo viernes?
Fui puntual a la hora señalada, sin evitar tener una punzada de esperanza de encontrarme con una multitud de ciudadanos reivindicativos, exigentes y luchadores.
Cuál fue mi decepción cuando vi que no había concentración de ningún tipo. Fijándome un poco más, vi a una pareja parada en medio de la plaza, y detrás de ellos, a un grupo de unas 5 personas. Decidí acercarme, y justo empezó a acercarse otra pareja, con la que empecé a entablar conversación. La pregunta surgió en el momento: y la juventud, ¿dónde está?
Conforme pasaron los minutos, fue llegando más gente, hasta que al final seríamos alrededor de 40, como mucho. Y es que es eso, la media de edad rondaba los 50. Al menos, había un señor con una guitarra que nos amenizó el rato.
¿Hasta el... próximo viernes?
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